Los gritos y bofetadas no educan porqué:
- confunden,
- no enseñan la conducta adecuada,
- dan a entender que la violencia (física o verbal) es el modo de resolver los conflictos.
- causan sentimientos de rabia y humillación,
- bloquean al niño,
- no ofrecen alternativas.
Los gritos y las bofetas enseñan a :
- gritar,
- pegar
- a no dejarse pillar infraganti,
- a mentir,
- a tener miedo,
- a avergonzarse,
- a pagar el enfado con los demás.
Las consecuencias psicológicas de los
gritos y bofetadas:
- causan daños emocionales en los niños,
- pérdida de autoestima, ya que se creen que son malos por haber hecho algo mal.
- Al vivir en un ambiente con crispación y recriminaciones constantes el niño aprenderá a pelearse por todo.
- Avergonzar al niño continuamente, estamos empujando al niño a aprender a ser tímido.
- Las críticas generan inseguridad y miedo.
- El estrés que se respira en este tipo de situaciones provocan que el niño esté irritable.
- Las persistentes recriminaciones suscitan culpabilidad.
Los
gritos y los cachetes son la primera experiencia que tienen los niños con la
violencia, y los niños aprenden a comportarse violentamente a través del
ejemplo de sus padres o adultos cercanos. Difícilmente podremos decirle a un
niño "no pegues" o "no grites" cuando se les está pegando o
gritando.